Las altas temperaturas de verano, la escasa higiene de los lugares donde han sido tratados los alimentos, junto con una mala conservación son las principales causas de las intoxicaciones alimentarias durante los viajes. El motivo son que estas tres contribuyen a la proliferación de microorganismos tóxicos que pueden tener las carnes, los pescados, lácteos, mariscos y huevos, así como la fruta y la verdura que haya entrado en contacto con agua contaminada; microorganismos que afectan especialmente a los niños, los ancianos, embarazadas y a aquellas personas que sufran algún tipo de trastorno inmunitario.
Esta contaminación de los alimentos puede producirse desde su origen hasta el momento de su consumo. Por ello, hay que tener especial precaución, sobre todo si viajamos a países que carecen de regulaciones sanitarias estrictas, como las de la Unión Europea, ya que la poca higiene propicia la producción de estos microorganismos tóxicos, como pueden ser la Salmonella, E.Coli, Botulismo o el Anisakis.
Los síntomas por intoxicación alimentaria suelen presentarse entre las dos y las seis horas después de la ingesta y los más comunes suelen ser náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea y fiebre.
Recibir atención médica adecuada y a tiempo te permitirá evitar males mayores y disfrutar de tu viaje. Recuerda que en el extranjero cualquier asistencia sanitaria puede resultar costosa, aunque se trate de una visita al médico de cabecera. Por ello, lo más recomendable es adquirir un seguro médico de viaje frente a cualquier tipo de asistencia médica, incluidas las intervenciones de urgencia o la repatriación.
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¿Qué precauciones hay que tomar para evitar intoxicaciones alimentarias durante el viaje?
- Tenemos que evitar ingerir agua del grifo, así como hielo. Tampoco debemos lavarnos los dientes o lavar la comida con agua que no sea de botella.
- Hay que asegurarse que todo esté perfectamente cocinado, evitando así alimentos crudos o semicrudos. También es recomendable no consumir nada que provenga de la venta ambulante, ya que, debido a las condiciones de salubridad, la comida puede estar en mal estado.
- Hay que evitar todo lácteo, como helados, quesos y leche, que no se encuentren envasados y pasteurizados.
- Antes de comer frutas y verduras hay que lavarlas adecuadamente con agua potable. No aceptes frutas que se encuentren ya peladas.
- Toma carne al punto, nunca cruda, y sólo come pescados y mariscos que hayan sido congelados previamente, así evitarás contaminarte por Anisakis.
- Limpia cuidadosamente platos y utensilios que puedan haber tenido algún contacto con huevos crudos, carnes o pescado.
- Cualquier refresco, además del agua, tiene que ser embotelllado.
- Por supuesto, no te fíes de ningún tipo de hongo.
- No consumas productos de repostería que no se encuentren debidamente refrigerados.
- Ya que los restaurantes están obligados a sustituir el huevo por ovoproductos para evitar intoxicaciones en salsas y otras comidas, sólo come en establecimientos autorizados.