Llenos de fantasía, de época o actuales. Muchos lugares han servido, de alguna forma, de inspiración a grandes escritores. Algunos describen los escenarios, pueblos y ciudades tal cual los recuerdan de su infancia; otros, tal y como se imaginan que fueron en tiempos remotos; y otros, lo convierten en utopía. Lo cierto es que, aunque parezcan lugares de fantasía, todos tienen, en diferente medida, una deliciosa parte de realidad que atrae a los viajeros más curiosos hasta los escenarios de sus libros favoritos, con el fin de deleitarse y tener una mayor perspectiva de la historia y sus personajes.
Estocolmo, Suecia (Saga Millenium)
El fallecido autor sueco Stieg Larsson ambientó la saga Milenium en escenarios reales de Estocolmo, que atraen a muchos turistas lectores de la trilogía. Södermalm, una isla situada al sur de la capital, es el lugar en el que se desarrollan las novelas, y se ha convertido en lugar de peregrinación para aquellos curiosos que quieren comprobar si son tal y como se imaginaban la casa de la hacker Lisbeth Salander; el café Mellqvist, donde Mikael Blomkvist y Lisbeth se citaban; el restaurante sirio donde los redactores de Millennium solían cenar; e incluso el 7-eleven donde Lisbeth se compraba comida precocinada. Son varios los tour-operadores los que ofrecen visitas guiadas a estos lugares, que realmente existen.
Raval de Barcelona (La sombra del viento)
La Barcelona en la que Carlos Ruiz Zafón ambientó algunas de sus grandes novelas, como “La Sombra del Viento”, no es la imagen que percibimos cuando la visitamos, ya que, aunque habla de lugares reales, como el Barrio del Raval, el Barrio Gótico, las Ramblas o calles como Balmes, Sarriá o la Bonanova, lo cierto es que el autor trata y describe la ciudad como un personaje más, envolviéndola de misterio, cubriéndola de un manto de bruma y llenándola de rincones oscuros que nos trasportan a la Barcelona de la revolución industrial, pero con un toque de fantasía. El propio Zafón cuenta que en sus obras, la ciudad es, a la par, escenario y personaje: “Mi ambición no es retratarla de un modo realista”, asegura el autor.
Hotel Heathman, Portland (50 sombras de Grey)
Otro escenario que se ha hecho famoso en Estados Unidos a raíz de una novela es el Hotel Heathman, en el corazón de Porland. Este hotel ha sabido cómo sacarle partido a su reciente fama por el éxito incondicional de la trilogía de E.L. James, “Cincuenta sombras de Grey”, ofreciendo la opción de reservar habitaciones dentro de un paquete romántico, valorado en más de 2.000 dólares la noche, llamado “Charlie Tango”, en honor al helicóptero del protagonista, Christian Grey. Foto: Thomas Hawk
Gion, Kyoto (Memorias de una Geisha)
Kyoto es un destino para aquel viajero que quiera conocer el tradicional estilo de vida japonés junto con otra costumbre que fascina a los occidentales: las geishas. Y es que novelas como “Memorias de una Geisha”, aún con toda su controversia, han despertado la curiosidad de muchos lectores por esta tradición que fue desbancada poco a poco con la Segunda Guerra Mundial. Aún hoy en día, en el distrito de Gion, lugar donde se desarrolla la novela de Arthur Golden y donde las geishas vivían y trabajaban, se pueden distinguir los vestigios de esta tradición en la que las geishas dedicaban su vida entera al arte de entretener con su delicadeza y belleza.
Tánger, Marruecos (El tiempo entre costuras)
María Dueñas nos transporta, con su novela “El tiempo entre costuras”, al Marruecos colonial de los años 30, donde la tradición árabe convive en armonía con la multitud europea que fue llegando al protectorado en época de guerras, pintando un entorno lleno de misturas de colores, aromas y sabores. Es precisamente esta mezcla de especias y perfumes la que cautivan y enriquece la historia de Sira Quiroga en su aventura por Tetuán y Tánger, creando un ambiente lleno de belleza y exotismo y que hoy en día aún se puede apreciar en las dos ciudades. Foto: mhobl
Macondo, Colombia (100 años de soledad)
“¿Dónde está Macondo?” Muchos se preguntan tras leer las detallas descripciones de Gabriel García Márquez sobre el lugar. Pero lo cierto es que no está en ningún sitio. Este pueblo, inventado por el recientemente fallecido escritor, sí que fue una vez, al menos por compartir el mismo nombre, una plantación bananera de Aracataca, lugar de Colombia dónde el escritor vivió sus primeros 10 años junto con sus abuelos. Y es precisamente Aracataca donde, al publicarse la novela, turistas de otros países llegaban buscando el pueblo imaginario de Macondo; algo que desconcertaba a los lugareños, que aún no conocían la novela. Desde entonces, el guiño de Gabo a Aracataca ha perdurado en el tiempo, habiendo, incluso, intentado el alcalde de este municipio, cambiar en 2004 el nombre de este distrito colombiano por Macondo sin éxito.
Fuente: InterMundial Seguros de Viaje