Sara es una viajera nata. Comenzó a viajar cuando era pequeña y desde entonces no ha parado. En su blog, Mindful Travel, comparte sus experiencias, los diferentes itinerarios que realiza e información interesante para personas que, como ella, tienen pasión por los viajes.
Mindful Travel es un blog de viajes de gran relevancia en la blogosfera de España, tanto que Sara ya tiene más de 11.000 seguidores en Twitter. Y es que, esta viajera, además de viajar, escribir en su blog y por supuesto, trabajar, también es fundadora de la revista de viajes Kaleidoskope Travel y socia fundadora de la Asociación de Bloggers de Madrid.
En tu blog cuentas que fueron tus padres quienes te transmitieron la pasión por los viajes. ¿Cuáles son los recuerdos que tienes de esos momentos?
He tenido una infancia muy viajera. Desde los 6 años, he viajado con mis padres en caravana, recorriendo España y parte de Europa. Todos mis recuerdos son increíbles. Disfrutaba de cada viaje y mis padres me hacían ver la belleza de cada lugar, fuese un pequeño pueblo, una ciudad o un país entero. Siempre me cuentan que era una niña incansable, que siempre quería entrar en todas partes y disfrutaba al máximo de nuestras vacaciones. Ahora, ya no puedo parar de viajar, y parte de ese gusanillo o virus viajero es gracias a ellos.
Gracias a tu blog, además de servirles como inspiración para tus viajes aconsejas a otros viajeros a través de tus experiencias. ¿Qué es lo que más te inspira a ti a la hora de viajar?
Me inspiran las nuevas culturas, conocer gente muy diferente a mí, que vive de otra manera y tiene otra mentalidad y tradiciones. Cuando viajo, abro mi mente y mi corazón de tal manera que aprendo con todos los sentidos. No juzgo, experimento y me dejo llevar.
Tengo obsesión por conocer lugares lejanos, como si en algún momento se fuese a parar el reloj y fuese a tener tiempo para viajar a países que se encuentran en la otra punta del globo. Me inspiran otros viajeros. Aquellos que dejan todo para recorrer el mundo sin billete de vuelta en busca de la felicidad. Y la encuentran.
Cuentas que con 18 años te fuiste de interrail. ¿Qué es lo mejor que te llevaste de esa experiencia? ¿Nos podrías contar alguna anécdota?
Fue todo un reto. Mi primer viaje por mi cuenta, con el dinero justo, latas de comida, poca ropa y mucha ilusión en la mochila. Todo era nuevo, buscarnos la vida, dormir en albergues… Durante un mes conocimos una gran parte de Italia: Roma, Florencia, Pisa, Siena, Génova, Venecia, Milán…
Las mejores anécdotas las vivimos pasando alguna noche en las estaciones de trenes italianas, o jugando a las cartas hasta las 4 de la mañana en un McDonalds, o cantando por la calle para no concentrarnos en lo que pesaba la mochila. Sin duda, un viaje inolvidable.
Además, también estuviste un mes haciendo voluntariado. ¿Qué es lo que te llevó a iniciarte en esa aventura? ¿Cuál fue tu papel allí? ¿Lo recomendarías?
Siempre he pensado que todos debemos aportar nuestro granito de arena en el mundo en el que nos ha tocado vivir. Personalmente, me siento una privilegiada por todo lo que he tenido y tengo, y siempre me ha gustado sentirme útil. Siempre oyes que la ayuda no llega, que muchas ONG no hacen lo que dicen…y yo siempre ha creído que esto no es así.
Y quería aportar mi granito de arena donde pudiese. Así que me fui con una ONG a Guayaquil, en Ecuador, a un barrio muy humilde con muchos problemas sociales relacionados con la violencia tanto callejera como a mujeres y niños. Mi trabajo se centró en la educación y sensibilización tanto de adultos como adolescentes. Y puedo asegurar que fue una de las experiencias más duras y gratificantes de mi vida. En el viaje de vuelta, me pasé 4 horas llorando en el avión, porque no quería volver… Un pedacito de mí se quedó en Guayaquil…
Gracias a tu trabajo tienes la oportunidad de viajar mucho. En tus viajes de trabajo, ¿te da tiempo a visitar un poco las ciudades?
¡Por suerte sí! Tanto en mi anterior trabajo como auditora como siendo blogger, me han permitido conocer mucho mundo y esto muy agradecida por ello. De auditora he viajado a países como Brasil, Argentina, México, Estados Unidos, Alemania…
Y en cada viaje podía pasar los fines de semana descubriendo lugares nuevos y vivir experiencias únicas de la mano de personas del propio país. Es una manera perfecta para zambullirte en la cultura local y disfrutar al máximo de la estancia en cada destino mientras trabajaba.
Dices que tu país preferido, por el momento, es Brasil. ¿Por qué este país y no otro?
He estado tres veces en Brasil, y es de los pocos países en los que viviría, y al que volvería todos los años. Me enamoraron las personas, su cultura, su idioma, su gastronomía….su manera de vivir la vida, de forma relajada y disfrutando de la familia y amigos. Siempre alegres y abiertos a conocerte y ayudarte en lo que necesites.
Y qué decir de sus ciudades, paisajes, sus playas, sus coloridos pueblos….¡sólo tengo palabras bonitas para Brasil! Es escuchar el nombre y mi mente vuela…
¿Cuál es tu experiencia viajando junto a tu perro?
Es maravillosa. Viajar con tu mascota y ver la conexión que existe entre nosotros y poder sentir cómo disfruta de todo. Hemos viajado con él por España, Italia y Francia y me ha sorprendido mucho lo abiertos y “pet friendly” que son en algunos lugares.
Eso sí, los dueños de los perros tienen que dar ejemplo, y siempre limpiar todo lo que el perro ensucie, para que todos podamos viajar en armonía y en el futuro haya más lugares donde podamos entrar con nuestras mascotas.
Tengo que decir que también es un poco frustrante. Tienes que investigar mucho antes de viajar con un perro. Saber dónde puede entrar y dónde no, qué alojamientos admiten mascotas. Si vamos a poder ir con él a la playa y si podremos ir con él a hacer ciertas excursiones.
En Cerdeña, por ejemplo, alquilamos una zodiac para recorrer la preciosa isla de la Maddalena y no tuvimos ningún problema en llevar a Kiba con nosotros. Disfrutó mucho tomando el sol y su cara de felicidad era visible. ¡Toda una experiencia!
¿Cuál será tu próximo destino? ¿Prefieres viajar sola o acompañada?
Me encanta esta pregunta. Justo acabo de publicar un post sobre las razones para viajar solo al menos una vez en la vida.
Es una experiencia muy gratificante, que te hace conocerte mejor y saber tus limitaciones, y que en realidad, cuando estás solo, no le das tanta importancia a cosas negativas que puedan pasarte en un viaje. Conoces a gente nueva y haces cosas que acompañado por gente conocida, no harías.
Pero he de reconocer que suelo viajar acompañada. Viajo en familia o con amigos. Me gusta compartir las experiencias con alguien, reírnos de todo lo que nos pasa, como me ocurrió con mi último viaje a Marruecos con mi amiga Alicia.
Mi siguiente destino será el norte de España, dentro de unos días…después quizá Londres en abril… Pero un viaje que me hace mucha ilusión es el que haremos en agosto, recorriendo Chicago y la costa oeste de Canadá. ¡Me muero de ganas!
Fuente: InterMundial Seguros de Viaje