Otro año más te ha vuelto a pasar. Estás a poco más de un mes de irte de vacaciones y aún no tienes claro dónde viajar porque tienes un presupuesto limitado. Calma. Te proponemos 3 viajes baratos en julio en los que podrás pasar una semana y en cuyos destinos puedes disfrutar no sólo de sol y de playa (por supuesto que no te íbamos a dejar sin bronceado), sino también de la belleza de sus monumentos, de la peculiaridad de sus gentes y de la riqueza de su gastronomía.
Hemos diseñado tus vacaciones de modo que tanto los vuelos de ida como los de vuelta comprendan los mismos aeropuertos, Madrid y el de cada destino propuesto. Y si proponemos viajes económicos, hablemos de cantidades. El precio de estos vuelos baratos no supera los 200 euros para ambos trayectos.
Recuerda que julio es una fecha en la que muchos eligen sus vacaciones, lo que supone una gran cantidad de reservas y desplazamientos. Por eso, te recomendamos planificar tu escapada con antelación, cubriéndola con un seguro de viaje completo que te tranquilice de cara a una posible anulación o interrupción, además de otros problemas que puedan surgir, como por ejemplo la asistencia médica o la pérdida de servicios o equipajes.
¿Qué viajes baratos puedes hacer en julio?
Catania
Ojo, que no te estamos recomendando viajar a una ciudad cualquiera. Y es que Catania es patrimonio histórico de la humanidad gracias a la huella que han ido dejando griegos, romanos, bizantinos, árabes, normandos, españoles y, por supuesto, italianos. Eso sí, la furia del Etna y un fuerte terremoto hicieron que hoy admiremos a Catania como una ciudad barroca rica en edificios religiosos, mercados y teatros. Parece que ya está bien de ver monumentos y el estómago te estará pidiendo que pruebes platos típicos como la pasta alla norma, de berenjenas y ricotta, o unos granizados de almendra y pistacho acompañados de un bollo con forma de tettina.
Catania es perfecta para alojarse unos días en un viaje en julio a la parte oriental de Sicilia. Durante tu semana en la ciudad podrás visitar otros lugares de interés cercanos, como por ejemplo la Costa de los Ciclopes, bordeada por el Etna, que baña pueblos pesqueros con encanto como Aci Castello, Aci Trezza y Acireale. Otras excursión en el mismo día que puedes hacer desde Catania es a Taormina, villa grecorromana que nos permite contemplar una de las más bellas panorámicas del Mediterráneo.
Siracusa es otra ciudad en la que te recomendamos alojarte, donde te sorprenderá su arquitectura y su vida nocturna, y desde la que puedes realizar la espléndida ruta barroca de Val di Noto, compuesta por 8 localidades monumentales entre las que se incluye la propia Catania.
Con un coche alquilado llegarás a lugares que no son accesibles con el transporte público, medio que no suele ser muy regular en horarios y rutas.
Malta
Malta es un archipiélago conformado por tres islas que puedes visitar perfectamente en 7 días tanto en coche privado como en transporte público (bus, ferry o taxi, aunque este último es más caro respecto al resto). No sólo por las playas y por los paisajes del Mediterráneo, Malta también te maravillará por su arquitectura, por su cocina y porque en sus calles la noche es joven.
Cuando vuelvas de tus vacaciones por Malta en julio, de la amurallada La Valeta recordarás sus estrechas callejuelas de piedra y joyas artísticas como la barroca Catedral de San Juan, El Palacio del Gran Maestre o las obras del museo Nacional de Arqueología y el de Caravaggio. Llegados a este punto del viaje, ¿hay hambre? En Malta puedes comer en muchos locales a buen precio y con productos del Mediterráneo frescos y de calidad. No dejes de probar las pizzas, pastas, pescados (lampuka) a la brasa y el pulpo y el conejo, estos dos últimos guisados en vino. ¿Y para beber? Vinos o cerveza, que suele ser más cara que las copas, aunque eso sí, éstas no las sirven muy abundantes.
Otra parada imprescindible en Malta es la isla de Gozo, donde deberías contemplar una noche de alojamiento. Victoria, la capital, es de esas ciudades que se viven a lo wanderlust, paseando sin rumbo, perdiéndose por las calles medievales de su Ciudadela, desde donde se divisan preciosas vistas. En Dwejra conocerás el Mar Interior de Malta y los restos de la desaparecida Ventana Azul, una arcada natural que sale de las aguas del Mediterráneo.
Para ponerse en contacto con la naturaleza en Malta, nada mejor que echar un día de playa en la bahía de la Laguna Azul o practicar senderismo con hermosas vistas por el interior de la isla Comino.
También te apetecerá algún día de esos de sol, playa y marcha nocturna. Entonces tu destino debería ser la zona de San Julians, famosa por su zona comercial y por su marcha nocturna en las calles del barrio de Paceville.
¿Qué otras excursiones puedes hacer en un día?
- Mosta, Mdina (antigua capital maltesa) y Rabat (mosaicos de la Domus Romana y Catacumbas)
- Senglea, Victoriosa y Cospicua.
- Las cavernas marinas de la Gruta Azul y los templos megalíticos de Hagar Qim y Mndajar.
Lleva adaptadores para enchufes de 2 machos planos horizontales y un macho rectangular vertical, el tipo que se usa en Reino Unido e Irlanda. El voltaje es 240.
Marsella y la Costa Azul
Aterriza en la capital de la Provenza para empaparte una semana de la perfumada Costa Azul (quién no reconoce esta zona de Francia cuando ve una foto de un campo de lavanda), cuyos paisajes te traerán a la memoria las pinturas de los impresionistas. Desde Marsella podrás recorrer esa otra Francia que poco se parece al resto de regiones, parando en glamurosos destinos como Saint-Tropez, Cannes, Niza, Antibes, Mónaco y Menton.
Parando unos días en Marsella durante julio no te puedes quedar sin comerte una bullabesa en el Quai du port, plato que puedes cocinar, si dispones de cocina en tu alojamiento, con los mariscos que compres en el Vieux Port. Entre los edificios de interés de Marsella destacan la basílica de estilo romano-bizantino de Nôtre Dame de la Garde, a la que es raro el turista que no sube para contemplar las hermosas vistas de la ciudad, y el Castillo de If, enclavado en un islote frente a la costa, desde donde Dumas escribió el Conde de Montecristo. Para pasear tranquilamente, tomarte un café y comprar el famoso jabón de Marsella, vete a le Panier, el típico barrio mediterráneo de calles estrechas con casa de colores y ventanales de madera verde. Otro itinerario donde notarás lo cosmopolita que es Marsella es el de la calle La Canabière, desde la que podrás dirigirte a la Ópera, la Bolsa y el Palacio de Long Champ.
¿Y ese baño en la playa que no llega? Las playas más cercanas a la ciudad son las de El Profeta y la de Les Catalans. Siguiendo el paseo de La Corniche, puedes bañarte en la playa Pointe Rouge. Para perderte en calas de agua turquesa elige las del Parque Nacional de Les Calanques, accesibles con rutas de senderismo. Otro plan deportivo es ir a la cala de L’ille de Riou, donde podrás practicar submarinismo. Más recónditas aún son las playas del Archipiélago de las Frioul, a las que puedes llegar en barco desde el Puerto Viejo.
Próxima parada, Saint-Tropez, ese pueblo pesquero que desde hace años es famoso por la presencia de famosos y de lujosos yates. Alojándote una noche en Saint-Tropez tendrás tiempo de visitar su colorida iglesia, comprar en el mercado de la Place des Lices, pasearte y comer pescado en el encantador barrio pesquero de La Ponche o tomarte algo en el puerto mirando al Mediterráneo. Desde Saint-Tropez tienes cerca Port Grimaud, la Venecia francesa, Ramatuelle, un pueblo medieval en la montaña, y esas playas de arena blanca cercanas a la localidad, como la de Pampelonne, donde podrás alquilar una moto acuática, practicar submarinismo o windsurf. Para la noche, reserva en alguno de los restaurantes de Saint-Tropez y, si tienes ganas de fiesta, pásate por alguno de los clubes. Otra alternativa nocturna es ir a Sainte-Maxime, donde disfrutar de los fuegos artificiales nocturnos en la playa.
La magia de Cannes no sólo está en su cinematográfico Boulevar de la Croisette, sino en su Puerto Viejo y en su casco antiguo. Si quieres pasar un día de playa, ten en cuenta que la mayoría de sus playas urbanas son privadas.
Pasando un día en Niza disfrutarás de lo que es una señora ciudad europea con su casco viejo con castillo (Vielle Ville), grandes plazas como la de Massena o Charles Felix y míticos hoteles como el Negresco. Su agradable Paseo de los Ingleses da acceso a playas de aguas limpias, muchas de ellas públicas, aunque de piedra y no de arena.
La arquitectura antigua de Antibes te servirá para darle un toque cultural a tu viaje por la Costa Azul. Antibes es una ciudad fortificada con muralla y torreones que conserva un hermoso casco antiguo medieval, donde podrás perderte por sus pintorescas calles, comprar el mercado, sentarte en una terraza o visitar el museo Picasso, situado en el castillo de los Grimaldi. Deja tiempo para admirar las vistas al mar desde los miradores de Pointe Bacon o el bulevar de la Garoupe.
Otro destino de revista en el que merece la pena anochecer, por sus panorámicas dignas de fotografiar, es Mónaco. Los edificios emblemáticos de Montecarlo están en la ciudad vieja, como son el Palacio Real o la Catedral. Otras estampas típicas que pisar en Montecarlo son su Circuito, su puerto deportivo repleto de grandiosos yates o la glorieta del Casino, por la que no dejan de pasar cochazos de lujo, sobre todo de noche. Para disfrutar del mar, vete al Paseo marítimo de Larvotto y adéntrate en su playa.
El destino final de este periplo por la Riviera es la colorida Menton, una de esas ciudades de postal. Fachadas rojas y amarillas salpicadas con ventanales del color de las aguas de sus playas nos esperan en esta localidad en la que caminarás por las calles empinadas de su casco antiguo.
Si recorres la Costa Azul en coche, tienes dos opciones: conducir por las autopistas de peaje o por carreteras secundarias. En estas últimas quizá abunde el tráfico en verano, por lo que no compensan en cuanto al ahorro de combustible pero sí por las panorámicas de mar y montaña.
Todo realmente bien redactado y también interesante saludos desde Chile
¡Gracias por seguirnos!